Ahora sí, viene con todo. No queríamos hablar demasiado de sobornos y corrupción, casi que si una empresa hablaba de ello o abordaba el tema como relevante en su agenda, es que tenía problemas a lo interno de tu empresa, o “algo malo estaba pasando”. Pues eso se acabó, porque el tema vino para quedarse. No hay voluntariedad, no es un querer ser.
Los compromisos gubernamentales internacionales como el reciente dado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos siendo un convenio multilateral para mostrar su resposabilidad en materia fiscal y otros con el Grupo de Acción Financiera Internacional, la legislación panameña, además de los mecanismos adicionales de intercambio de información, van a hacer muy difícil continuar con esta práctica. Por lo que en estos tiempos, no se trata de una opción, sino en una obligación para las empresas.
Pero, ¿es obvio que es obligación para las empresas no ser corruptas y que no deben sobornar? Pues no… sino haces nada para que no ocurra, se seguirá dando.
Desde la perspectiva de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas son el punto de partida para poder hablar de que verdaderamente existe un compromiso con el actuar responsable de las empresas.
Artículo por:
Teresa de Alfaro
Directora Ejecutiva
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