Las niñas en las TIC: más cerca de la igualdad y el desarrollo sostenible

Foto: Naciones Unidas

Las tecnologías de la información y las comunicaciones han sido inestimables durante la pandemia de COVID-19, porque nos permitieron seguir conectados y mantener en funcionamiento servicios y empresas vitales.

Sin embargo, casi la mitad del mundo sigue sin tener conexión a Internet, y la mayor parte de quienes carecen de acceso a la tecnología digital son mujeres y niñas de países en desarrollo. Según las últimas cifras de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, hay una brecha de género del 17 % en el uso de Internet a nivel mundial, y el porcentaje es incluso mayor en los países menos adelantados. En algunas regiones la brecha va en aumento, y eso refuerza las desigualdades de género porque niega a las mujeres y a las niñas la oportunidad de acceder a la educación, de encontrar empleos mejor remunerados y de fundar empresas, así lo relata el mensaje dado por Antonio Guterres los datos en la página web de la Organización de las Naciones Unidas.

El Día Internacional de las Niñas en las TIC pretende inspirar un movimiento mundial con el fin de aumentar la representación de las niñas y las mujeres en la tecnología. En este Día, volvamos a proponernos que todas las jóvenes y las niñas tengan las mismas oportunidades que los varones en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Según un estudio de LinkedIn, entre el año 2006 al 2016 el protagonismo de las mujeres en el mundo de la tecnología tan solo aumento un 18%, es decir 1,8% anual, casi nada a los ojos de los estadistas, pero en un mundo cuya brecha digital de género es tan amplia, ha habido un avance.

Para abordar este tema contamos como pluma invitada, con dos mujeres que refuerzan con su trabajo cada día, la importante contribución que hacen las mujeres en estos temas, ellas son:

  • Nélida Gómez, VP Strategic Foresight & Cofundadora de Wisy.
  • Milena Gómez C, Secretaria Nacional Adjunta-Directora de Innovación Empresarial de SENACYT.

La representación y la constancia de las mujeres en los puestos de informática (TICs) ha estado disminuyendo a lo largo del tiempo y apenas llega al 14% en economías avanzadas. Se piensa que este porcentaje puede ser mucho más bajo en economías emergentes y en desarrollo. ¿Por qué es importante saber esto?  Porque el progreso y el avance de la sociedad depende de la representación equitativa de hombres y mujeres en las economías. Los datos demuestran que el mundo moderno que conocemos ha sido diseñado usando un patrón varonil que se basa en un hombre caucásico de 70 kilos y mediana edad, así lo señala Nélida Gómez.

Este patrón deja por fuera al 50% de la población del mundo que son mujeres y posiblemente, a un buen porcentaje de hombres de otros orígenes étnicos. Esto impone retos fundamentales en una sociedad que condiciona a una mayoría de su población a adoptar un estándar sesgado que va desde el diseño de uniformes y piezas de seguridad industrial hasta el diseño de la infraestructura pública incluyendo baños y aceras.

Por su parte, Dra. Milena Gómez, señala que, en Panamá, hasta la fecha, no se ha realizado un estudio que nos permita visibilizar la realidad sobre la situación actual de las niñas en las TIC. Sin embargo, el “Diagnóstico sobre Mujeres y CTI en Panamá“, que fue financiado por la SENACYT en el año 2018, muestra que las mujeres prefieren estudiar carreras en el área de ciencias sociales o ciencias de la salud y las áreas de tecnología e ingeniería en mucha menor proporción.  Esta tendencia se acentúa en los estudios de posgrado. Es decir, que Panamá presenta el mismo fenómeno que se da en los países de la región y en el mundo en general.

En tanto, la co-fundadora de Wisy, la dra. N. Gómez, primera empresa de alta tecnología en Silicon Valley, explica que las estadísticas mundiales indican que la matrícula de mujeres en educación terciaria, particularmente en TICs, apenas llega al 3%. En general, también es baja en disciplinas como matemática y estadística que llega al 5% y en ingeniería, manufactura y construcción, al 8%. Mundialmente, el 35% de mujeres cursan una educación terciaria en materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (conocidas como STEM por sus siglas en inglés). Esto no siempre fue así, en los años 60s y 70s las computadoras eran operadas y programadas por mujeres con excelentes salarios. Ha sido durante las últimas décadas que la sociedad ha excluido a las mujeres de las TICs y acotó “todos hemos escuchado sobre las computadoras humanas de la NASA… todas mujeres”.

La situación actual de las niñas en TICs en Panamá se puede inferir del análisis de los datos de las matrículas en las universidades públicas. Aunque la matrícula y la graduación de mujeres sea más del 63%, la matrícula en carreras TICs sigue siendo baja. En la matrícula en 2020 y 2019 de la Facultad de Ingeniería de Sistemas Computacionales de la Universidad Tecnológica, el 19% fueron mujeres, contrastando con el 57% de la Facultad de Ingeniería Industrial. En cuanto a la Universidad de Panamá, la matrícula de mujeres en Informática, Electrónica y Comunicación llega al 25%, mientras que en las carreras de educación, farmacia, enfermería, odontología y psicología llega al 70%.  En carreras que tradicionalmente se consideran masculinas, la matrícula sigue siendo baja, por ejemplo, en las Facultades de Ingeniería Eléctrica y de Ingeniería Mecánica, con 20% y 23%, respectivamente. Esto también debe cambiar porque necesitamos la voz y experiencia de las mujeres en obras de infraestructura, de tal manera que haya patrones de diseño concordantes con la realidad de nuestras sociedades y sus retos de sostenibilidad social, económica y ambiental.

En tanto, la funcionaria de SENACYT, la dra. M. Gómez, explica que según los resultados de la prueba PISA 2018, en promedio, en los países de la OCDE, entre los jóvenes de 15 años evaluados, solo el 1% de las niñas informaron que quieren trabajar en tecnologías relacionadas con las TIC, en comparación con el 8% de los niños que así lo manifestaron.  En el mundo sólo un 3% de mujeres realizan estudios en TIC (UNESCO, 2017).

En cuanto a las estimaciones futuras, dependerá de las decisiones basadas en evidencia que cada país pueda llevar a cabo para favorecer que más niñas y jóvenes mujeres tengan acceso, desde edades tempranas, a actividades relacionadas a las TIC.

Sin embargo, hace referencia a que recientemente ha espacios creados para dar relevancia estos temas tales como:

  • El Observatorio de Tecnologías de la Información y la Comunicación (OPTIC) proyecto que forma parte de la implementación de la Estrategia Panamá Hub Digital. OPTIC mide 60 indicadores relacionados al sector TIC, sin embargo, esta información no ha sido segregada por género para contar con datos valiosos para futuras acciones.
  • La Iniciativa de Paridad de Género cuya prioridad es el posicionamiento de las jóvenes en los estudios y profesiones con mayor demanda futura.
  • La SENACYT, en este sentido, ha creado la Oficina de Genero y Política Publica en CTI para promover la generación de Políticas Públicas de igualdad de género, con el fin de disminuir la brecha existente entre hombres y mujeres (en los ámbitos sociales y culturales) en igualdad de género en Ciencia, Tecnología e Innovación.

La dra. N. Gómez destaca que los ODS representan una guía valiosa para la innovación y renovación de los modelos de negocios tradicionales y para crear empresas del futuro, no solo por sus productos y tecnología, sino por su impacto dentro y fuera de la empresa. Estos impactos se basan en   criterios para evaluar procesos y procedimientos, códigos, políticas y gobernanza corporativa, entre otros, en cuanto a su grado de inclusión, diversidad, justicia, generación de riqueza y bienestar, sostenibilidad ambiental por mencionar algunos, en los cuales, las mujeres tienen un rol y un impacto. Y es que no se trata de dar dinero para parecer que se tiene impacto social, sino de generar y compartir valor social y económico.

Mientras que, la dra. M. Gómez hace énfasis en la recomendación principal es invertir en la educación desde edades tempranas sobre las TIC, realizar un estudio que permita conocer la realidad de Panamá sobre este tema para tomar decisiones basadas en evidencia, así como documentar las buenas prácticas y promover la importancia de contar con datos fiables, particularmente segregados por sexo, etnia y otras variables que permitan establecer programas que acerquen a nuestras niñas y mujeres jóvenes a las TIC.

Entre los principales desafíos que reconocen estas profesionales están:

  • El sesgo social inconsciente y consciente que conduce tanto a mujeres como a hombres a seguir un patrón de conducta excluyente
  • La educación por imitación y no por indagación, por otro lado, genera mentes carentes de curiosidad y creatividad y conlleva al pensamiento lineal y análisis simplista de la compleja realidad actual y futura
  • Falta de historias inspiradoras y autóctonas de mujeres notables panameñas y no panameñas que están dejando un legado preciado de conocimiento y experiencia para nuestra sociedad, por ejemplo: Jesica Sáez, Mayteé Zambrano, Min Chen, Susan Lau, Juliette Chevalier, Stephanie Black, Kiara Navarro, Andrea Monteza, entre otras
  • Lograr que las TIC, específicamente las Ciencias de la Computación, se impartan dentro del currículo escolar para poder llegar a todas las estudiantes a nivel nacional
  • Mejorar la conectividad a nivel nacional.

La dra. M. Gómez hace énfasis en que Panamá no puede demorar más el desarrollo del pensamiento computacional en nuestros estudiantes, ya que en la próxima prueba PISA se comenzará a medir este tema. Por algo le llaman, la nueva alfabetización del siglo XXI.

Mientras que la dra. N. Gómez advierte que la tendencia hacia el futuro es entablar y mantener negocios con y entre empresas que hayan incorporado estos criterios y aspectos de sostenibilidad en su ADN. Las herramientas del Pacto Global de las Naciones Unidas son útiles para medir el avance de una empresa en su contribución hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.

Y concluye diciendo que necesitamos hacer muchísimo más para inspirar y apoyar a las niñas para que se entusiasmen por las TICs y carreras STEM en general. Y es que se trata de una percepción social generalizada acerca de carreras “femeninas” y “masculinas” y que deja de lado, la capacidad de los individuos para contribuir efectivamente al progreso.

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