Habilidades digitales para la educación: comencemos por empoderar a los docentes

El Día Internacional de la Alfabetización 2021 se celebró este 8 de septiembre bajo el tema de “Alfabetización para una recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital”.

La pandemia recordó el papel que desempeña la alfabetización: más allá de su importancia inherente como elemento del derecho a la educación, la alfabetización permite que las personas se emancipen y mejoren sus vidas proporcionándoles más capacidades para escoger la manera de vivir que pudiera resultarles más conveniente. También es un factor del desarrollo sostenible.

Se estima que en el mundo hay 773 millones de jóvenes y adultos analfabetos.

El Día Internacional de la Alfabetización 2021 examina de qué manera puede contribuir a construir cimientos sólidos para una recuperación basada en el ser humano, haciendo hincapié en las interacciones entre la alfabetización y las competencias digitales que necesitan los jóvenes y adultos no alfabetizados.

Este tema lo conversamos con nuestra pluma invitada Margarita Morera, Líder de Educación de Microsoft para Centroamérica.

A más de un año de iniciada la pandemia a causa del COVID-19, organizaciones de todos los sectores siguen adaptándose a un mundo cada vez más digital. Uno de los sectores más impactados ha sido, sin duda, el de la educación. Según cifras de la UNESCO[1], cerca de la mitad de los estudiantes del mundo todavía se ven afectados por el cierre parcial o total de escuelas y más de 100 millones de niños adicionales caerán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura como resultado de la pandemia.

Y es que la crisis de salud pública cambió por completo las condiciones que sostenían las prácticas educativas, en su mayoría arraigadas en la presencialidad. La llegada de las normas de confinamiento y de distanciamiento social significaron un verdadero reto de adaptación a un nuevo modelo de aprendizaje para todo el ecosistema educativo y forzó a las autoridades a desarrollar estrategias y planes que respondieran de manera inmediata a las demandas de la enseñanza virtual, en un sector que no estaba preparado para la magnitud del choque.

El estudio ‘El uso de la tecnología para innovar la práctica docente’, elaborado por el Programa de Educación del Diálogo Interamericano en colaboración de Microsoft, identificó que la mayor dificultad para llevar a cabo las clases virtuales fue la ‘falta de conectividad’. Mucho se ha discutido y actuado para enfrentar de manera urgente esta gravísima barrera a la educación en estos tiempos: el acceso a internet, una condición ineludible para aprovechar las oportunidades de la digitalización.

Sin embargo, los resultados del estudio también llaman la atención sobre otra gran barrera a la educación virtual o híbrida, que los propios docentes encuestados revelaron como su gran desafío en estas épocas de pandemia: la falta de formación tecnológica o acceso a la tecnología de los propios maestros las habilidades de los docentes para utilizarlas efectivamente. Así pues, el estudio revela que, aunque el 80% de los docentes encuestados en la región afirmó tener ahora una opinión más positiva de la educación a distancia, lo cierto es que solamente un 50% de ellos cree que los docentes están suficientemente capacitados para enseñar a distancia de manera efectiva.

Mientras en Panamá se está implementando la modalidad de educación híbrida o presencial, y luego de que el gobierno ha trabajado para garantizar el derecho a ella, sin duda una de las principales conclusiones que arroja el estudio es que la aplicación de tecnologías como plataformas digitales han facilitado la práctica docente. Sin embargo, hay consideraciones que atender. En primer lugar, la capacitación en plataformas digitales para docentes es esencial. Antes de la pandemia, muchos docentes ya expresaban la necesidad de tener mayor y mejor capacitación en el uso de herramientas digitales, plataformas educativas. Durante la pandemia, sin embargo, se desarrollaron plataformas sofisticadas que algunas veces resultaron demasiado complejas para su implementación y la necesidad de adoptar las herramientas tecnológicas se volvió un imperativo.

En ese sentido, ante los desafíos que implicó esta transición repentina hacia la virtualidad, la alianza entre los gobiernos y el sector privado han sido claves no sólo para para ampliar y mejorar sus plataformas virtuales, sino también su oferta de capacitación docente. Las colaboraciones entre el sector público y privado presentan una enorme oportunidad para mejorar y escalar la infraestructura tecnológica en los ecosistemas educativos de la región. Entendiendo que los principales actores del cambio de la educación son los maestros, Microsoft en alianza con el Ministerio de Educación de Panamá (Meduca), desarrollaron un proyecto para preparar a los maestros en las habilidades y tecnologías requeridas para la educación remota e híbrida. En el diplomado conjunto MEDUCA/Microsoft sobre la Aplicación Pedagógica ya han participado más de 1,000 docentes de las distintas regiones escolares para empoderar a los docentes y ayudarles a desarrollar nuevas habilidades para la educación remota e híbrida. Adicionalmente, se ha ejecutado un plan de capacitación masiva que ha llegado a más 14.000 maestros para familiarizar a los docentes sobre el uso de la plataforma de Microsoft Teams para el aula e integrar nuevas pedagogías y herramientas en el proceso de enseñanza. El objetivo de este programa de formación es que se imparta a la totalidad de los docentes de la educación pública del país.

La pandemia planteó un paradigma ya ineludible en el sector educativo. Además de la indispensable virtualización de la enseñanza, la creación de habilidades de los docentes en materia de tecnología tiene el potencial de detonar una verdadera transformación del rol de los maestros en la gestión de los datos del aprendizaje y empoderarlos para la toma de mejores decisiones de enseñanza y de aprendizaje, basadas en información real. La tecnología permite sistematizar el contenido del currículo, medir el avance de los estudiantes, evita que los docentes tengan que dedicar una porción significativa de su tiempo a las tareas administrativas, y puedan emplear ese tiempo en maximizar su impacto sobre el aprendizaje de sus estudiantes.

Sin duda, en el corazón del cambio de paradigma de la educación generado por la crisis de salud pública están los maestros, su gran resiliencia y capacidad para desarrollar nuevas habilidades digitales. Este es el momento de pensar cómo será este futuro en la escuela, cómo usaremos las lecciones aprendidas después de la respuesta ante COVID-19, cómo adoptaremos esta nueva demanda por habilidades y la llevaremos a las aulas actuales.

Queda claro que la educación requiere de una completa transformación digital que permita a escuelas, educadores y alumnos contar con las herramientas necesarias para apoyar el aprendizaje. Pero la transformación educativa no sólo se trata del software o de la tecnología, sino sobre todo se trata de niños, jóvenes y docentes creciendo y evolucionando. Los grandes agentes del cambio son los maestros y la inversión en sus habilidades tiene un impacto directo sobre los resultados educativos de las futuras generaciones.

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