Los líderes dan forma a la cultura organizacional

El liderazgo responsable es aquel que persigue sus resultados con perseverancia, con pasión y con ambición, pero a la vez tiene en cuenta las consecuencias de ese proceso, y se compromete con el impacto social y ambiental que comporta.

Nuestra pluma invitada para abordar el tema, José Gabriel (Pepe) Miralles,  CEO de FranklinCovey, fundador y presidente de Leadership Technologies (1994) y Greatness Center (2007), organizaciones fundadas con la firme creencia de que el potencial de lograr grandes cambios, prosperar y trascender está en cada persona y en cada organización. 

Tengo la firme creencia de que para que las organizaciones crezcan y desarrollen su potencial, las personas necesitan hacerlo primero.  Desde 2021 estamos operando con la marca Greatness Center en toda la región.

Desde 1994 gestioné las licencias de FranklinCovey para múltiples países de Latinoamérica (Panamá, México, Chile, Centroamérica, el Caribe).  Nuestro enfoque actual está en México, Panamá y República Dominicana.     

Tuve el privilegio de estudiar directamente con el Dr. Stephen R. Covey, el Dr. Hersey, el Dr. Charan, Stephen M.R. Covey, Aviad Goz y otros grandes pensadores del liderazgo.  Durante 27 años he tenido la ocasión de ayudar a cientos de empresas, corporaciones, instituciones educativas y entidades públicas a transformarse y convertir en realidad sus grandes visiones a través del potencial de su gente.

Mi relación con FranklinCovey inició con Covey Leadership Center a través de leer el libro de Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas.  Me entusiasmó mucho ver que contenía los grandes elementos críticos para generar cambio real sostenible en las personas.  Comencé en Panamá y poco a poco se fueron abriendo oportunidades para crecer la operación a otros países y para impulsar procesos de transformación organizacional en Latinoamérica, España y los EE. UU.

Hay muchas definiciones de liderazgo, la mía es “la capacidad de mover las voluntades y energías de las personas con un propósito común hacia una noble visión y convertirla en realidad con su entusiasmo y compromiso”.  El liderazgo se trata de personas, por eso el Dr. Covey lo definía como “comunicar a los demás su valía y potencial tan claramente que lleguen a verlo en ellos.

Un líder necesita contar con autoridad moral sobre la base de su credibilidad, necesita tener la capacidad de articular una visión que cuente con el entusiasmo y compromiso de todos, necesita potenciar el trabajo a través de alinear sistemas y necesita liberar el potencial de su equipo a través del coaching y la mentoría.

Todos necesitamos ser líderes de alguna forma u otra.  La primera, y probablemente más difícil, labor del líder es liderarse a sí mismo.  También tenemos la responsabilidad de influenciar con nuestro liderazgo a nuestras familias y a nuestro país.  Luego, dependiendo del contexto de nuestra vida, podemos liderar un equipo o una organización.  El liderazgo se aprende y se perfecciona.  Está al alcance de cada uno de nosotros si tenemos la voluntad y disciplina para desarrollarlo.

La pandemia ha tenido un impacto muy grande en tres frentes: (1) ha parado la inercia que muchos de nosotros llevábamos y ha motivado a mucha gente a cuestionarse qué quiere hacer con su vida, (2) ha acelerado grandes transformaciones que, como el teletrabajo, hubiesen llevado lustros más en generalizarse y (3) ha impactado la economía y la sociedad revelando claramente nuestras fortalezas y falencias.

La pandemia ha hecho evidente que el modelo de liderazgo de la era industrial, aquel que ve a las personas como piezas productivas en una maquinaria, se queda absolutamente corto ante la nueva realidad.  Durante la pandemia, el paradigma del liderazgo de cada organización salió claramente a relucir y tanto los colaboradores, como los proveedores y aliados pudieron calibrar el tipo de organización con la cual trabajaban.  Aquellas organizaciones que contaban con un sólido liderazgo (como el que he descrito), salieron fortalecidas y con múltiples oportunidades.  Las que aún contaban con liderazgo de la era industrial, están pagando la cuenta.

La transición del liderazgo de la era industrial (el liderazgo dominante) a un liderazgo transformador y centrado en principios, es apremiante y resolvería gran parte de los grandes problemas que enfrentamos.

El teletrabajo llegó para quedarse.  Para la mayoría de las empresas, probablemente lo que mejor funcione será una combinación entre teletrabajo y trabajo presencial.  Sin embargo, el teletrabajo elimina muchas limitaciones (puedo colaborar fácil y económicamente con personas de diferentes geografías), ofrece una mejor calidad de vida a las personas (flexibilidad, ahorro de tiempo en traslados) y puede incrementar significativamente la productividad. 

Sin embargo, para lograr estos beneficios, un líder necesita (1) construir un ambiente de credibilidad y alta confianza, (2) hacer que su equipo comparta (de corazón y de verdad) la misión, la visión, los valores y la estrategia de la organización, (3) asegurar que todos cuentan con claridad de metas, responsabilidades, roles, derechos de toma de decisión, procesos y herramientas necesarios para hacer su trabajo con excelencia, (4) desarrollar las cadencias y sistemas sociales que mantendrán cohesionado al equipo y (5) velar por la cercanía y desarrollo continuo de los miembros de su equipo.

Todo comienza con definir claramente un propósito noble, unos valores guías y una visión conceptual que realmente haga la diferencia y que impulse a la organización a prosperar a través de agregar valor significativamente y hacer del mundo un lugar mejor.  Contar con estas fundaciones permitirá ganar el entusiasmo y compromiso de las personas.  Sobre dicha base la organización necesita definir una estrategia clara de cómo va a convertir la visión en realidad y definir unos resultados específicos que necesita lograr año tras año.  La siguiente pregunta que necesita responder una organización es qué capacidades necesita en su gente (cultura) para poder lograr dichos resultados de forma sostenible.  La última pregunta que necesita responder quienes lideran organizaciones ¿cómo necesitan ser nuestros líderes para dar forma a la cultura que necesitamos? 

Las respuestas a estas preguntas tendrán impacto en todo: quienes contratamos y promovemos, que procesos y estructura integramos, cómo será la experiencia de los clientes y de los colaboradores, qué tecnología incorporamos, etc… 

La organización grandiosa lo es tanto por los resultados que logra, como por cómo los logra.  Al final del día, el éxito o fracaso de todo negocio descansa en las personas.  Las personas, sus valores, creencias y forma de interactuar (la cultura organizacional) es realmente la ventaja competitiva más poderosa que tiene una organización… y los arquitectos de dicha ventaja competitiva son los líderes.

Programa El Líder en Mí

La educación es el futuro de cualquier sociedad.  Una educación de calidad es una educación integral que cuenta con altos estándares en la educación académica y que incorpora de manera efectiva y perdurable la educación en valores y paradigmas que no es académica y se incorpora como eje transversal.

Para lograr esa educación no académica crítica para el presente y futuro de nuestras sociedades, Franklin Covey desarrolló El Líder en Mí.  Más que un programa, es un proceso con el que logramos una transformación en el centro educativo y en el estudiante a través de los educadores.  Nos enfocamos en tres áreas: cultura de la escuela, habilidades de liderazgo y desempeño académico.

Creemos firmemente que cada niño es un líder, que cada joven es un líder y que cada educador es un líder. Es importante que primero se logre la transformación de los educadores, ya que es el modelaje el que logra con los estudiantes los cambios de actitud y las enseñanzas de los principios de liderazgo.  A través de este proceso liderado por los educadores, el estudiante logra su victoria privada (responsabilidad, libertad, propósito, visión, principios y valores, enfoque, confiabilidad) a través de conquistar su liderazgo personal y luego logra su victoria pública (equidad y beneficio mutuo, respeto y empatía, comunicación efectiva, valorar las diferencias, solución sinérgica de diferencias, mejora continua) que es el liderazgo interpersonal. 

Los líderes que se forman a través del proceso de El Líder en Mi, tienen la conciencia de que para liderar a otras personas, necesitan entenderlos primero, necesitan tener pensamiento crítico y necesitan saber que para lograr mejores resultados se requiere de un equipo. El Líder en Mí desarrolla estudiantes con principios que generen credibilidad en la sociedad a través del desarrollo de su carácter y su liderazgo.

En este momento queremos hacer extensivo El Lider en Mi a las escuelas oficiales o públicas de la región Mesoamericana. Para ello hemos desarrollado un modelo de colaboración público-privada en donde empresas, fundaciones, clubes cívicos y familias están patrocinando escuelas oficiales o públicas para que se les pueda incorporar al programa El Líder en Mi sin costo para el Estado.

Los líderes dan forma a la cultura organizacional.  La cultura organizacional es la gran fuerza que genera los resultados de forma sostenible y que posibilita la visión.  Llamamos a esta conexión, el Modelo de Alineación Integral.

Las organizaciones necesitan entender a profundidad esta interdependencia y definir con claridad el tipo de líderes que necesitan.  De esto depende su futuro.

Como sociedad, también necesitamos reflexionar con relación al tipo de líderes (ciudadanos, profesionales, políticos, empresarios, miembros de familia) que necesitamos y que queremos.  Con dichas “luces largas”, necesitamos transformar el único sistema con el que contamos para dar forma a ese futuro: el sistema educativo.  Esto es precisamente lo que logra El Líder en Mí, un estudiante a la vez y una escuela a la vez.

Conocimiento sin principios puede ser muy peligroso, especialmente con los avances tecnológicos que tenemos hoy.  Conocimientos con principios son la tercera alternativa que nos permitirá construir las bases de una sociedad próspera, digna y sostenible.  Esto es algo en lo que todos podemos y debemos participar y hasta liderar.  Actuemos ya.

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