Impulsemos los derechos fundamentales de las mujeres panameñas

Panamá requiere acelerar los esfuerzos para lograr las metas trazadas en la agenda 2030 y la consecución de una equidad de género real y efectiva.  La realidad panameña nos muestra con claridad grandes retos para mejorar la condición y posición de la mitad de su población. Las mujeres panameñas no disfrutan en igualdad de oportunidades de sus derechos fundamentales.

Hemos avanzado en los últimos 15 años en la reducción de la pobreza, sin embargo, ha aumentado la incidencia de más mujeres, niños, niñas y adolescentes en condiciones de precariedad impactando su desarrollo integral. Esto se evidencia cuando analizamos su situación desde un enfoque multidimensional, por lo que las medidas de políticas públicas requieren del esfuerzo mancomunado de todos los sectores de la sociedad para ejecutar acciones enfocadas en reducir y eliminar todas las formas de discriminación

La construcción de una sociedad inclusiva requiere de una voluntad firme y permanente, a fin de impulsar mayores oportunidades de participación de la mujer como protagonista activa del desarrollo humano sostenible. Nuestros países avanzan lentamente hacia una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, logrando a un ritmo muy lento mejorar sus salarios, la cual impacta de forma directa en su bienestar y calidad de vida de sus familias. Sin embargo, aún persisten claros rasgos de discriminación hacia las mujeres en diferentes ámbitos de la vida económica, social, política y cultural.

En la economía del cuidado, aún muestra grandes desequilibrios en detrimento de las mujeres frenando su acceso a una mayor participación laboral.  De acuerdo a cifras de la CEPAL del 2017 por cada dólar que gana un hombre las mujeres ganan 0.85 centésimos mostrando una brecha salarial del 15%.  En esa misma dirección, solo el 21 % de mujeres ocupan puestos en juntas directivas y gerencias en el sector privado en Panamá.

En el ámbito social la violencia de género y el femicidio siguen generando grandes secuelas e impactos en la salud integral de ellas y sus familias. Esta ausencia de igualdad económica y social frena el desarrollo del país, dejando atrás a muchas mujeres, ya que cuanto más visible son las diferencias en cuanto a raza, religión, lugar donde viven y edad, más vulnerables son. Realmente nos encontramos como sociedad con el más grande desafío de los próximos años y es “constituirnos en agentes de cambio para la transformación social de Panamá aportando hacia la construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa”.

El sector empresarial requiere continuar con sus acciones para promover un mayor empoderamiento de la mujer, invitando a reflexionar a sus grupos de interés sobre el rol activo que el sector deben impulsar para generar mayor participación de mujeres y sus liderazgos, trazando la hoja de ruta hacia el cumplimiento de la agenda de desarrollo al 2030. La construcción de un Panamá mas justo y equitativo debe pasar de la retórica a la acción. Las nuevas generaciones esperan que las actuales cumplan con su responsabilidad histórica de re direccionar nuestro país hacia la justicia social y mayor inclusión, con mejores oportunidades para todos, basándonos en el respeto a los derechos humanos y garantizando la dignidad humana de nuestro pueblo. La igualdad entre hombres y mujeres es más que una meta es el prerrequisito para romper con la exclusión, el hambre y la pobreza de nuestras naciones.  Seamos el motor de cambio y sumemos nuestros liderazgos, compromiso y decisiones para lograr un desarrollo humano “sin dejar a nadie atrás”.

Por

Markova Concepción @markova25

Directora de Desarrollo Social 

 

Foto: ONUMujeres

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