El ser humano necesita una cantidad adecuada de vitaminas y minerales (micronutrientes) para su adecuado desarrollo y para conservar una buena salud en general. Estos micronutrientes no son producidos por el organismo, por lo que la única manera de obtenerlos es a través de los alimentos u otras fuentes externas.
Cuando la ingesta de micronutrientes no es adecuada, se pueden presentar diversos problemas de salud como una menor resistencia a enfermedades y una disminución en la capacidad de aprendizaje. Entre estos problemas, son de especial interes los que afectan a las poblaciones más vulnerables como los bebés recién nacidos, los niños, las mujeres embarazadas y los adultos mayores.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las deficiencias de micronutrientes más comunes son las de hierro, vitamina A y yodo. Además, según el Banco Interamericano de Desarrollo, en Centroamérica se presentan deficiencias de zinc y ácido fólico.
Actualmente, la fortificación y el enriquecimiento de alimentos de consumo habitual, ha tenido un impacto positivo en la prevención de las deficiencias de micronutrientes. Aunque los términos fortificar y enriquecer suenan semejantes, es importante conocer que son conceptos diferentes que aportan distintos beneficios:
- Los alimentos fortificados son aquellos a los que se les agregan nutrientes que no están presentes naturalmente en él.
- Los alimentos enriquecidos son aquellos a los que se les adicionan uno o más nutrientes que ya están presentes en el alimento, esto con el fin de aumentar su contenido natural de este nutriente.
Nestlé® se compromete a ayudar a abordar las deficiencias de micronutrientes mediante la fortificación de alimentos y bebidas nutritivas de uso popular. Uno de nuestros principales objetivos es continuar fortificando nuestros productos de alta penetración en hogares, para contribuir a reducir las deficiencias nutricionales.