Trabajo Decente, el motor de la sostenibilidad

El Día del Trabajo se celebra el primero de mayo, con el objetivo de conmemorar en todo el mundo al movimiento obrero y la fuerza laboral, como movimiento reivindicativo de diferentes causas relacionadas con el trabajo.

¿Por qué se celebra?

Hace más de cien años, las fábricas eran centros de trabajo en los cuales trabajaban por igual hombres, mujeres, ancianos y niños, con jornadas que superaban las 12 horas diarias. Lo cual limitaba la recuperación de las personas y disfrutar tiempos adecuados de descanso, convivencia familiar y recreación.

Con un espíritu de justicia y equidad, un grupo de trabajadores inició su lucha para reducir la jornada laboral a 8 horas y en 1886 el sindicato mayoritario inició una huelga ,a partir del 1 de mayo. Todo esto en Estados Unidos.  Las protestas se extendieron por varios días, dejando como resultado personas fallecidas y heridas.

Es por ello que, en honor a la lucha por la jornada laboral de 8 horas y en memoria quienes abrieron ese camino hacia un trabajo decente, el 1 de mayo se celebra la fecha.

¿Qué se logró?

  • Reducción de la jornada laboral a 8 horas.
  • Seguridad Social para los trabajadores y trabajadoras: Seguro contra Enfermedades, Accidentes de Trabajo, Invalidez y Vejez.
  • Derecho al salario mínimo
  • Disfrute de vacaciones
  • Bonificaciones
  • Pago de días festivos
  • Derecho a la Asociación Sindical.

Hoy más que nunca, en pro de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y que nadie se quede atrás, el ODS 8 de Trabajo Decente, se enfoca en lograr un crecimiento económico inclusivo y sostenido que  impulse el progreso, crear empleos decentes para todos y mejorar los estándares de vida.

La Organización Internacional del Trabajo, destaca que el trabajo decente es Crucial para el desarrollo sostenible.

Se necesita mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres que trabajan pero no ganan lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de 2 dólares al día.
El trabajo decente incrementa los ingresos de los individuos y las familias, que pueden ser gastados en la economía local. Su poder adquisitivo incentiva el crecimiento y el desarrollo de empresas sostenibles, sobre todo de las pequeñas empresas, que a su vez pueden contratar a un número mayor de trabajadores y mejorar sus salarios y condiciones de trabajo.