Por: Ana Patricia Graça, Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Panamá.
Panamá es un país interconectado. Tanto su posición estratégica como su papel en el comercio global a través del Canal de Panamá y como centro bancario internacional han consolidado su estatus de hub que conecta y distribuye bienes, servicios y productos de interés público global, hacia diversas regiones y continentes.
En un mundo cada vez más interconectado donde emergen y reemergen viejos y nuevos riesgos y se polarizan las posiciones, las agendas diplomáticas deben ceder espacio a la discusión y búsqueda de soluciones para problemas globales con impacto local. En este contexto, Panamá tiene una oportunidad y ventaja estratégica para ser un facilitador y generador de consensos para el logro de objetivos comunes cruciales para el desarrollo sostenido y sostenible, la paz, un planeta sano y prosperidad para la población mundial, ante desafíos compartidos. El multilateralismo, ese espacio único mundial que las Naciones Unidas representa, es esencial para abordar estos desafíos de manera efectiva.
Panamá ha sido un defensor histórico del multilateralismo.
Desde su ingreso como miembro fundador de la ONU en 1945, Panamá participa en distintos organismos multilaterales promoviendo la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible. Con ello, reafirma su compromiso con la cooperación internacional y reconoce que las acciones de unos países tienen repercusiones en las condiciones de otros.
En la última década, Panamá ha reafirmado su compromiso con la Agenda 2030, una hoja de ruta de prioridades nacionales consensuadas en más de 193 países y territorios hacia el desarrollo sostenible, adoptada en el seno de las Naciones Unidas. Con ese posicionamiento, Panamá sigue manteniendo un empeño constante en alcanzar las metas propuestas haciendo su contribución para un país y un mundo mejor. Este compromiso subraya la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como eje central de las políticas públicas, integrando la sostenibilidad económica, social y ambiental en todos los aspectos del desarrollo nacional.
El redoblar de estos esfuerzos, durante el mandato del presidente José Raúl Mulino será crucial para acelerar las aspiraciones de miles de panameñas y panameños, así como la ambición por los objetivos globales de desarrollo sostenible y la Agenda 2030. Para ello, será importante apuntalar políticas que reconozcan la interseccionalidad y multidimensionalidad de las desigualdades que provocan asimetrías entre grupos socioeconómicos y demográficos, limitan el desarrollo humano, perpetúan las tensiones sociales y generan desconfianza en las instituciones.
Para superar estos retos, necesitamos de políticas más inclusivas y participativas que mejoren la recopilación y disponibilidad de datos desagregados para identificar y mitigar las causas estructurales de las desigualdades con mayor precisión. Para hacerlo con eficiencia y eficacia, hay que impulsar la coordinación multi actor y multinivel, a nivel central y local, involucrando a todas las fuerzas vivas de la sociedad de mano con los aliados y amigos de Panamá. Mas allá, el nuevo gobierno de Panamá tendrá momentos únicos para hacerlo bien y reafirmar el liderazgo de Panamá ante el mundo.
La Cumbre del Futuro, a margen de la Asamblea General que se llevará a cabo en septiembre de 2024 en Nueva York, con la participación de todos líderes mundiales, será una oportunidad de oro para que Panamá levante la voz y su nueva administración reafirme su compromiso y dé a conocer al mundo su visión y liderazgo para el fortalecimiento del sistema multilateral en temas tan importantes como el desarrollo sostenible y la financiación para el desarrollo, la paz y la seguridad internacionales, la ciencia, tecnología y la innovación y la cooperación digital, la juventud y las generaciones futuras, la transformación de la gobernanza global.
Es el primero hito de Panamá en su posicionamiento como un líder regional y global en la promoción de políticas globales en materia de sostenibilidad ambiental, equidad social, inclusión digital y fortalecimiento de la cooperación internacional. Las expectativas son altas, pero los desafíos más apremiantes demandan un trabajo colaborativo capaz de alcanzar un futuro más resiliente sin dejar a nadie atrás.
En noviembre de 2024, en Azerbaiyán, se realizará la Conferencia de las Partes (COP) sobre el cambio climático, donde participarán líderes mundiales para acordar medidas concretas para combatir el cambio climático y evitar el calentamiento global y la catástrofe ambiental que amenaza la humanidad. Panamá, con su rica biodiversidad y ecosistemas únicos, podrá demostrar el compromiso y acciones concretas. Por ejemplo, la iniciativa Promesa del Clima impulsada por el secretario general de la ONU, Antonio Gutiérrez, un esfuerzo de unir a la región y al mundo en el aprovechar la oportunidad y crear nuevos planes climáticos nacionales en consonancia con el límite de 1,5 grados e impulsar el combate a la contaminación y contaminación del medio ambiente.
Posteriormente, en enero de 2025, Panamá asumirá por sexta vez su participación como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La incorporación de Panamá refuerza la diplomacia multilateral, la apuesta por la paz, la seguridad internacional y la protección de los derechos humanos en conflictos y globales. También en 2025 durante la Asamblea General asistiremos a la Cumbre Social, un paso más en el compromiso para llegar a las poblaciones que históricamente se quedaran más rezagados del desarrollo.
Durante el quinquenio, Panamá tendrá la oportunidad de demostrar una vez más que, incluso los países pequeños, pueden incidir en el escenario global y posicionar la voz de la región a través del multilateralismo.
El Sistema de Naciones Unidas en Panamá, junto con varios aliados, trabaja de mano con todos los socios clave para apoyar al país en las grandes transformaciones hacia 2030 como la educación, los sistemas y seguridad alimentaria, la protección social, el trabajo decente y la transición climática, digital y energética, siempre enfocados en las personas y en no dejar a nadie atrás del pleno desarrollo sostenible. La colaboración con el sector privado, la academia, la sociedad civil, bajo una clara visión país y liderazgo nacional es fundamental para garantizar que los beneficios del desarrollo lleguen a todos los rincones del país para un Panamá más justo, equitativo y sostenible para las generaciones futuras.
En ese sentido, todos los interesados en el desarrollo sostenible de este hermoso país pueden unirse activamente en la elaboración del próximo Marco de Cooperación, el acuerdo entre las Naciones Unidas y el país que guía todo el ciclo de programas del equipo de la ONU en Panamá para el próximo quinquenio. ¡Queremos escuchar tu voz y atender las prioridades nacionales! Esta colaboración es crucial para alinear nuestras acciones con las metas del desarrollo nacional hacia el año 2030 y juntos caminar la ruta para acelerar el desarrollo sostenible de Panamá.
¡Solo juntos somos más fuertes. ¡Solo unidos lograremos concretar las aspiraciones de millones por un Panamá más justo, próspero e incluyente y por un mundo mejor!