Bonos azules: Innovación financiera y herramienta de desarrollo sostenible

Por: Luis Huitrón, Gerente de Finanzas Corporativas y Relaciones con Inversionistas.

Durante el 2024, Mercantil actuó como banquero de inversión para la primera emisión de bonos azules en la historia de la Bolsa de Valores de Panamá. Esta emisión significa un hito por numerosas razones:

  • Para los inversores en el mercado de valores local, es un producto diferenciado al que tienen acceso, además de proveer un rendimiento competitivo y adecuado al contexto de mercado, el dinero que invierten tiene un impacto medible y visible en la economía azul (más sobre esto adelante).
  • Para los emisores, es la primera vez que un participante relacionado a Ecuador coloca obligaciones en Panamá, lo que constituye una vía de acceso a fondeo adicional, con inversores nuevos que conozcan su historia y los méritos de invertir en la misma.
  • Para Mercantil, significa el lanzamiento de su oferta de servicios de banca de inversión en mercados de capitales, poniendo en las manos de sus clientes una capacidad diferenciada de servicios de asesoría, para acompañarlos en algunas de las decisiones más trascendentales de su vida corporativa.
  • Para el medio ambiente significa una fuente de recursos dedicados a la explotación razonable de sus recursos.

El mercado de valores es una de las herramientas de decisión más sofisticadas del mundo moderno. A través de las decisiones de inversión, compra y venta de sus participantes, los diferentes agentes económicos que le constituyen, ejercen una votación acerca de la asignación de recursos finitos en proyectos que son importantes, primeramente, para ellos y sus intereses, pero que termina por tener consecuencias para la sociedad en su conjunto.

En cuanto al mercado de valores de Panamá, el contar con una gama amplia de productos con diferentes características, es sin duda un paso en el camino correcto hacia su diversificación y a su madurez. En este sentido, es necesario ofrecer soluciones financieras que atienden múltiples necesidades para atraer a los inversores correctos a proyectos interesantes, en un contexto de competencia global por recursos que son siempre escasos. El bono azul que Mercantil ha ayudado a colocar, logra de esta forma innovar en el mercado de valores local y abre a sus participantes una nueva vía de impacto en el mundo.

El emisor de este bono azul es un fideicomiso constituido en Panamá, que se beneficia de las actividades de los servicios financieros de Banco del Austro, uno de los intermediarios financieros más importantes de Ecuador, y un jugador comprometido con la sostenibilidad, a través de sus diferentes funciones y en sus propias prácticas, así como en los préstamos, con los cuales otorga recursos a sus clientes.

En concreto, los recursos obtenidos en el mercado de valores de Panamá, a través del bono azul, serán utilizados por el Banco del Austro para financiar proyectos con una contribución positiva en la economía azul; es decir, en la utilización razonable y responsable de los recursos hídricos de la región, en especial de los mares y con un destino inmediato en proyectos de producción de alimentos (Ecuador es uno de los líderes en producción mundial de camarón y de atún y algunas de sus compañías de pesca cumplen con los estándares más altos en materia de sostenibilidad a nivel global). Este bono también invita a emisores de otros países a mirar a Panamá como un centro financiero atractivo para colocar nuevos proyectos.

Para Mercantil, que actuó como banquero de inversión de esta colocación, el bono azul es una propuesta de valor para un cliente y para el mercado local, que reconcilia la expectativa de retorno de numerosos inversores con la necesidad de fondeo de proyectos que de otra forma no se pueden allegar de recursos. A través de su proceso de estructuración, Mercantil identificó como la fuente de pago ideal para el servicio de este bono, las remesas de la diáspora de trabajadores ecuatorianos en España e Italia a los que el Banco del Austro sirve de forma consuetudinaria, quienes generan flujos de efectivo significativos en términos de tamaño y confiables en términos de recurrencia. Igualmente, a estos flujos se les dio mayor certidumbre al ser señalados como fuente de pago irrevocable para esta obligación, separando así cualquier incertidumbre que pudiera haber acerca de la voluntad o habilidad de pagar el bono azul a los bonistas que lo adquirieron de algún vaivén en el contexto macroeconómico regional, lo que supone un reto fuera de las manos de la administración de cualquier compañía. Esta estructuración resultó en un rating de AA para el bono, una de las calificaciones de crédito más altas que se pueden obtener localmente.

Finalmente, Mercantil ha acercado este bono a sus clientes y al mercado en su conjunto, organizando un proceso para llegar a centenas de diferentes inversores corporativos y calificados en Panamá, el Salvador, Honduras, Costa Rica, entre otras geografías a través de sus vehículos, tanto en Panamá como en Suiza y participando en numerosos foros y eventos de inversionistas en América Latina y Estados Unidos, asegurando así que el bono ha tenido una exposición sustantiva al mercado.

Este primer bono azul de Banco del Austro es también el primer bono azul en el mercado de valores de Panamá y el primer bono azul estructurado y colocado por Mercantil, convirtiéndose no solo en la conjunción de muchos primeros, sino también como un primer paso en una historia de compromiso, más grande que cualquier jugador individual.

Es cierto que nuestro contexto histórico presenta retos para la humanidad, en la que una series de conflictos bélicos conviven con la imposibilidad de alimentar a porciones significativas de la población de países diversos y en la que el desarrollo humano no es una garantía para todos, en adición, diversas  variaciones en el clima que aún no somos capaces de comprender a cabalidad, hacen más difícil y urgente el aprovechamiento de los recursos escasos que han sido el medio necesario con el que hemos asegurado nuestra supervivencia hasta la fecha.

El género humano, como especie, ha sido capaz de modificar su entorno y su realidad en repetidas ocasiones hacia resultados tanto deplorables como esperanzadores. El mercado de valores es una herramienta para organizar nuestros esfuerzos en aquellas cosas que consideramos importantes. Este bono azul es un pequeño guiño y una invitación hacia lo que todos podemos hacer como participantes corresponsables de nuestro tiempo, en dónde usamos los recursos que tenemos, nuestro dinero, nuestra curiosidad y nuestra atención; qué decidimos hacer con aquello que tenemos, allí donde decidimos usar nuestros recursos determina en buena forma lo que podemos esperar del futuro.

Sirva este bono para celebrar el paso de nuestro mercado a una opción para los inversores de beneficiarse y cumplir con su responsabilidad, mientras dan una mano a proyectos necesarios para la creación de riqueza entre comunidades y agentes importantes, a través de un uso consciente y ordenado de los recursos que tenemos. En Mercantil estamos muy agradecidos de poder contribuir a esta narrativa y de intentar que aquello que hacemos deje un impacto positivo, profundo e inteligente, que es la forma única de ser sostenibles; para lo cual tenemos que asegurarnos de permanecer y para ello nuestro contexto debe mantenerse y cultivarse en formas mejores, con responsabilidad y con diligencia.

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