Por: Johana Ortega, Gerente del Proyecto Alianzas que Integran impulsado por Sumarse, gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)
En un mundo donde los desafíos sociales y medioambientales se vuelven cada vez más complejos, la colaboración entre empresas, ONGs y comunidades emerge como una estrategia vital para lograr un desarrollo sostenible y una transformación social efectiva. Esta unión de esfuerzos y recursos crea una sinergia que puede generar soluciones innovadoras y duraderas, beneficiando a todos los actores involucrados.
Las empresas aportan conocimientos técnicos, mientras que las ONGs proporcionan una comprensión profunda de las dinámicas sociales y las necesidades de las comunidades. Los líderes comunitarios, por su parte, ofrecen la conexión esencial con la población local, garantizando que las iniciativas sean relevantes y efectivas. Esta combinación de fortalezas permite abordar problemas de manera integral y eficiente.
Diversos proyectos alrededor del mundo han demostrado el poder de estas colaboraciones. Por ejemplo, en proyectos de revitalización urbana, las empresas han financiado infraestructuras mientras que las ONGs han coordinado programas de participación comunitaria. En programas de empoderamiento económico, las ONGs han brindado capacitación a emprendedores locales, con el respaldo de empresas que ofrecen mentoría y acceso a mercados.
Estas alianzas no solo abordan problemas inmediatos, sino que también contribuyen al desarrollo a largo plazo de las comunidades. Al fortalecer a las y los líderes comunitarios y apoyar iniciativas locales, se promueve la sostenibilidad de las acciones sociales. Las personas líderes capacitadas pueden ejecutar y mantener proyectos que mejoren la calidad de vida de las y los vecinos, desde la revitalización de infraestructuras hasta la implementación de programas culturales y educativos.
Según el Instituto de Innovación Social de ESADE, la cooperación intersectorial es fundamental para encontrar soluciones sostenibles. Las ONGs ven en las empresas una fuente de conocimiento y recursos, mientras que las empresas valoran la conexión de las ONGs con la comunidad. Este intercambio beneficia a todos los grupos de interés, incluidos colaboradores y clientes.
El informe “Más valor social en 2033” de PwC destaca que el futuro de la ayuda social radica en la sostenibilidad. Los proyectos deben ser autosuficientes, generando beneficios para todas las partes involucradas. Esta nueva lógica abandona la caridad tradicional, promoviendo iniciativas que aseguren su continuidad y efectividad a largo plazo.
La colaboración entre empresas, ONGs y comunidades es más que una estrategia; es una necesidad en el camino hacia un desarrollo sostenible y una transformación social profunda. Al unir esfuerzos, compartimos conocimientos y recursos que potencian nuestro impacto. Estas alianzas no solo resuelven problemas actuales, sino que también construyen un futuro más equitativo y próspero para todos. Juntos, podemos transformar nuestras comunidades y crear un legado duradero de sostenibilidad y bienestar.