Trabajo infantil: realidad y su impacto en la sociedad panameña

Cada 12 de junio es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil y este año realiza un llamamiento para que se invierta más en los sistemas y planes de protección social, a fin de establecer pisos de protección social sólidos y proteger a los niños contra el trabajo infantil.

Aunque en las dos últimas décadas se ha avanzado mucho en cuanto a la reducción del trabajo infantil, los progresos han sido más lentos con el tiempo, e incluso se estancaron durante el periodo 2016-2020. 

Un progreso significativo hacia la eliminación del trabajo infantil exige una mayor inversión en sistemas de protección social universal.

Para abordar el tema, nuestra pluma invitada es la Licda. Angélica La Vitola, Directora Ejecutiva de Casa Esperanza.

El trabajo infantil continúa siendo una realidad que afecta a miles de niños y adolescentes en el mundo.  Para 2021, según datos de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) 168 millones de niños y niñas se encuentran trabajando y más de la mitad de ellos, en trabajos peligrosos que atentan contra su salud y educación. De acuerdo a estadísticas de la UNICEF, el 70% de los casos de trabajo infantil (112 millones de niños) se dan en el sector agrícola, seguido del 20% (31,4 millones de niños) en el sector de servicios y el 10% (16,5 millones de niños) en el sector industrial. Por su parte, El trabajo infantil en zonas rurales (14%) es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas (5%).

Panamá, a pesar de ser un país lleno de oportunidades, no escapa de esta realidad. La pandemia COVID-19 ha generado un impacto dramático en la pobreza y desigualdad a nivel mundial, afectando también a nuestro país. La pérdida de empleos perjudicó a miles de panameños, motivando la informalidad y crisis alimentarias especialmente en los grupos más vulnerables. La pandemia y la situación económica amenaza con revertir años de progreso en la lucha contra el trabajo infantil.

Cifras de Trabajo infantil y situación actual:

Actualmente no se cuenta con cifras actualizadas de la situación de trabajo infantil en Panamá. La última Encuesta de Trabajo Infantil, realizada por la Contraloría General de República, que data del año 2016, señaló que 23 mil 855 niños, niñas y adolescentes se mantenían inmersos en esta condición.

 

Pese a esta limitante, Casa Esperanza ha realizado diagnósticos y estudios en diversos sectores del país, con el objetivo de identificar causas, variables y población involucrada en actividades consideradas como trabajo infantil. Presentamos algunos datos que consideramos significativos compartir:

  • El sector primario de la economía, representado por actividades agrícolas, pecuarias y pesqueras se visibiliza como principal generador de actividades de trabajo infantil. Desarrolladas muchas de ellas desde la informalidad o de manera artesanal.
  • La participación de niños, niñas y adolescentes en ventas ambulantes o callejeras; trabajo infantil doméstico, jardinería, visible especialmente en áreas urbanas.
  • Los estudios de percepción realizados, señalan un incremento del denominado “trabajo invisible u oculto” como lo son el trabajo infantil doméstico y peores formas, visto especialmente en la figura de la explotación sexual comercial.
  • Incremento de la participación de niños y niñas por debajo de la edad mínima en actividades consideradas como trabajo infantil. Niños y niñas entre 5 a 11 años son identificados en condición de trabajo infantil.

Las modalidades varían entre sectores y provincias. Sin embargo, destacamos un mayor porcentaje de niños en esta condición en las provincias de Panamá, Veraguas, Herrera y Chiriquí.

Marco legal actual en Panamá en cuanto a la protección de los niños y adolescentes

El Estado panameño ha creado y promulgado diversidad de leyes que buscan proteger los derechos y la integridad de los niños y adolescentes  en el país. Sin embargo, aún ante la protección consagrada en la legislatura nacional, las violaciones a los derechos de los niños y adolescentes sigue siendo parte de nuestra realidad.

Uno de los últimos avances en el marco legal, fue la creación del Sistema Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, la cual tiene como objetivo promover y garantizar los derechos de los menores entre 0 a 17 años de edad, alineando la norma a lo previsto en la Convención de los Derechos del Niño.

A nivel nacional, la normativa relacionada con el trabajo infantil se encuentra prevista en la Constitución, Código de Trabajo y en el Código de la Familia principalmente.

La compilación de normas que se integran en conjunto con los Convenios Internacionales y la Convención de los Derechos del Niño y Decretos regulatorios del trabajo infantil peligroso, constituyen el cuerpo legal que orienta las disposiciones en torno al trabajo infantil; así como lo relacionado con el tipo de actividad y las condiciones de trabajo.

El trabajo infantil frente al desarrollo sostenible

No es factible lograr un desarrollo integral en una sociedad que no comprometa a las futuras generaciones, sino se promueve el crecimiento económico, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y el trabajo decente en un país. El trabajo infantil constituye una violación a los derechos fundamentales y atenta el desarrollo integral del niño. Representa una grave manifestación de desigualdad e implica una limitante para el desarrollo de talento humano, desde temprana edad.

 No sólo contribuye a perpetuar la pobreza de una generación a otra, impide además la movilidad social basada en la educación y escolarización.

La eliminación del trabajo infantil se plasma en la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, exhortando a la comunidad mundial a “adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las normas modernas de esclavitud, la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil a más tardar en el 2025”.

Construir una economía fuerte y justa requiere de políticas que garanticen la protección de los derechos de todos los actores de la sociedad. Por ello, debemos, tanto gobierno como sector privado, asumir la responsabilidad en la defensa de los derechos de los niños y adolescentes.

Soluciones para mitigar esta situación y proteger a los menores de edad

Durante 30 años, Casa Esperanza ha promovido la prevención y erradicación del trabajo infantil en Panamá, logrando importantes avances. Sin embargo, la participación de todos los sectores es necesaria para lograr eliminar esta vulneración que afecta los derechos de niños y adolescentes. Los pilares fundamentales que deben sustentar las estrategias para la eliminación del trabajo infantil se pueden resumir en los siguientes: Sensibilización; Acceso a servicios de protección social de calidad dirigida al niño y su familia y la implementación de políticas que incentiven el empleo decente.

  • Promover el cambio de patrones culturas y sociales establecidos sobre el trabajo infantil.

El trabajo infantil es un concepto complejo. Todavía se identifica desconocimiento sobre los conceptos y amplia tolerancia y permisividad sobre esta condición. Es imperativo romper paradigmas y normas socioculturales que normalizan o justifican el trabajo infantil.  Que nuestra sociedad valide esta condición,  como un mecanismo donde el niño apoya el ingreso familiar o un espacio de formación donde trabajar sustituye la escuela,  es una clara violación a sus derechos. Es necesario generar campañas que permitan comprender los conceptos, el alcance de cada de uno de ellos y cambien los patrones existentes.

  • Desarrollo de políticas sociales y económicas que incentiven el trabajo decente.

El trabajo decente debe ser una realidad para los adultos y los jóvenes por encima de la edad mínima para trabajar. El trabajo infantil hace más difícil de alcanzar el objetivo del trabajo decente para todos y la construcción de una sociedad de bienestar, productiva, digna e inclusiva. Se requiere desarrollar estrategias que permitan a padres y madres de niños en condición de trabajo infantil o en situación de riesgo, acceder a trabajos decentes formales y productivos, donde sus derechos laborales sean respetados.  

  • Ampliar los servicios de protección social y el acceso a una educación de calidad.

La protección social, vista como la política pública orientada a mitigar el impacto de la pobreza y otras condiciones de vulnerabilidad, a través de la dotación de servicios, permite a las familias hacer frente a la crisis económica, facilitando la escolarización de sus hijos y minimizando el trabajo infantil. Es importante fortalecer los programas de ayudas o apoyos a los niños y familias, complementadas con políticas económicas que promuevan la empleabilidad decente especialmente en sectores de mayor vulnerabilidad.

El trabajo infantil persiste. Es un problema que nos afecta a todos. Desde Casa Esperanza promovemos acciones para identificar, prevenir y retirar niños en esta condición mediante una oferta integral que brinda los componentes de nutrición, salud, educación, desarrollo personal; así como programas orientados a fortalecer el entorno familiar. Igualmente, promovemos rutas de atención local con actores comunitarios con el objetivo dinamizar respuestas efectivas a las necesidades de la población participante. Sin embargo, es necesario el involucramiento de todos los sectores: denunciado, participando, comunicando, apoyando los ejes de atención, incentivando el empleo decente entre otros.

Cada uno puede ser parte de este movimiento contra el trabajo infantil. Tú puedes  sumarte!

¡Cada acción cuenta! para erradicar el trabajo infantil en el país.

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