Con motivo del décimo aniversario de la aprobación por parte del Consejo de Derechos Humanos de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos ha publicado una evaluación de los primeros diez años de aplicación por parte de los Estados y las empresas. De cara a los próximos 10 años, los expertos hacen un llamamiento a los Estados y a las empresas para que aumenten sus esfuerzos, y emiten la siguiente declaración:
“Se han producido avances significativos durante la primera década, como atestigua el creciente número de empresas que se comprometen a respetar los derechos humanos y el reciente aumento de la legislación en Europa que convierte el respeto a los derechos humanos y al medio ambiente en un requisito obligatorio para las empresas.
Aunque los resultados sobre el terreno nunca llegan lo suficientemente rápido, la velocidad con la que las normas introducidas por los Principios Rectores han pasado de este texto internacional a las políticas gubernamentales y empresariales no tiene precedentes.
Cada vez más empresas se comprometen con los derechos humanos y más gobiernos de todas las regiones elaboran planes de acción nacionales. Aunque todavía son lentos, estos importantes avances demuestran que está surgiendo una conciencia en torno a las responsabilidades de las empresas en materia de derechos humanos que no existía hace una década. Los Principios Rectores también han proporcionado a los sindicatos, a las comunidades afectadas y a la sociedad civil un marco para exigir rendición de cuentas por los daños causados por las empresas a las personas y al planeta.
Sin embargo, siguen existiendo importantes lagunas y desafíos. Los abusos relacionados con la actividad empresarial persisten en todos los sectores y regiones, dejando a los trabajadores y a las comunidades, incluidos los pueblos indígenas, en situación de riesgo y con escasas perspectivas de protección o acceso a mecanismos de reparación de los daños causados. Cuando se producen los daños, siguen existiendo importantes barreras para que los titulares de derechos puedan acceder a la reparación y hacer que los responsables rindan cuentas. Los defensores de los derechos humanos que se resisten y denuncian los abusos relacionados con la actividad empresarial siguen enfrentándose a la estigmatización, las amenazas y los ataques mortales.
El respeto por parte de las empresas a las personas y el planeta es esencial, pero a menudo no existe. En el peor de los casos, la falta de respeto puede socavar un futuro sostenible para todos. Los Principios Rectores proporcionan la hoja de ruta para que los Estados y las empresas logren ese futuro. Pero deben intensificar sus esfuerzos. Todos los Estados deben hacer de la implementación de los Principios Rectores una prioridad política y de gobernanza. Todas las empresas -incluidas las pequeñas y medianas- deben hacer que el respeto de los derechos humanos forme parte de su cultura corporativa.
La COVID-19 ha tenido un impacto devastador en nuestro mundo, pero la pandemia también ofrece una oportunidad única para reconstruir mejor. Junto con la actual oleada de nuevas leyes que exigen la debida diligencia en materia de derechos humanos por parte de las empresas y con un mayor número de inversores que se despiertan a los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), existen oportunidades de progreso en medio de las numerosas crisis mundiales.
Aunque no son una bala de plata, los Principios Rectores ofrecen una herramienta para evitar volver a funcionar como hasta ahora, y para forjar una mejor normalidad que priorice el respeto a las personas y al medio ambiente. El respeto de los derechos humanos por parte de las empresas es fundamental para garantizar una recuperación inclusiva y construir una sociedad más resistente. Debe estar en el centro de los desarrollos normativos. Todos los actores deben desempeñar su papel, incluidos los que pueden ejercer influencia y fuerza para promover una conducta empresarial responsable, como por ejemplo la comunidad de inversores, donde la gestión del riesgo a los derechos humanos debe convertirse en una práctica habitual.
En el 10º aniversario, tenemos el honor de contar con la presencia de varios líderes gubernamentales y de la ONU (declaraciones en vídeo disponibles aquí) que comparten sus reflexiones sobre los Principios Rectores: el Secretario General de la ONU, António Guterres, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, la Primera Ministra de Noruega, Erna Solberg, el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, el Director General de la OIT, Guy Ryder, el Administrador del PNUD, Achim Steiner, la Directora Ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Sanda Ojiambo, el Director del Centro de Conducta Empresarial Responsable de la OCDE, Allan Jorgensen, y el autor de los Principios Rectores, John Ruggie, así como líderes de sindicatos, pueblos indígenas, sociedad civil y empresas.
Este décimo aniversario es el momento perfecto para que los Estados y las empresas vuelvan a comprometerse con los Principios Rectores y establezcan objetivos claros de implementación para los años venideros. Una oportunidad importante para hacerlo es durante el 47º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos este mes, con la presentación por parte del Grupo de Trabajo de su evaluación de los primeros 10 años de implementación de los Principios Rectores (el “informe de balance”). En diciembre de este año, el Grupo de Trabajo lanzará una hoja de ruta para la implementación durante la próxima década.
Pedimos a los Estados y a las empresas que den un paso adelante, y a todas las partes interesadas que participen en el movimiento para hacer de los próximos 10 años una década de acción sobre los Principios Rectores”.
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