Por: Ana Karina Smith Cain, Fundadora de Legacy Transformations, consultora de procesos de cambios estratégicos positivos, desarrollo de liderazgo, y trainer y coach de inteligencia del corazón con el Instituto HeartMath.
Hace unos meses llevé a cabo un conversatorio sobre liderazgo con más de 500 estudiantes de secundaria en el que les invité a liderar desde el corazón.
Las preguntas llovieron, o mejor dicho, diluviaron. ¿No es mejor separar la razón del corazón?”, “¿Qué significa en realidad “seguir a tu corazón” y la pregunta de oro, “¿Existe espacio para llevar el “corazón” al trabajo?”
Mi respuesta es un rotundo “Sí”…
Y no es que hay que ser cursis y llevar corazoncitos, palabras de halagos, y romanticismos…
Mi “Sí” tiene mucho más que ver con la ciencia del corazón que con un idealismo irrealista.
¿Ciencia del corazón?
Comienzo desde el principio.
Primero, el corazón es mucho más que un músculo que bombea sangre. El corazón también es un órgano sensorial altamente desarrollado y que tiene un sistema nervioso complejo en su interior, un “cerebro”, con aproximadamente 40,000 neuronas que están bastante activas comunicándose con el cerebro –el de la cabeza–constantemente.
Algo que me impresionó muchísimo fue aprender que el 80% de la comunicación va desde el corazón y hacia el cerebro, y no vice-versa.
He allí el tesoro. Entender que el estado en el que esté mi corazón, mis emociones, va a afectar el funcionamiento de mi cerebro en todos los sentidos, organizando todos los sistemas de mi cuerpo, mis pensamientos, decisiones, en fin, todo y todos…a las demás personas también.
Los hallazgos son muchos.
Cuando las personas experimentan ira, miedo o preocupación, el ritmo del corazón se vuelve errático, envía la señal de alarma al cerebro y las habilidades de pensamiento se ajustan acorde.
El miedo tiene su lugar. Si hay un incendio, necesito que el cuerpo reaccione en automático y movilice la energía a las piernas y el enfoque mental para ese instante.
Ahora, si lo que quiero es abrir mi mente para idear una visión, buscando la creatividad, la sabiduría, el pensamiento más elevado, el miedo no me va a servir de mucho.
La buena noticia es que cuando las personas experimentan emociones renovadoras, como el amor, el aprecio y la simpatía, el ritmo cardíaco cambia a un estado armonioso, que el Instituto HeartMath llama “coherente”.
A medida que el ritmo del corazón se acelera y desacelera, cuando experimentamos emociones “bonitas”, se crean curvas armoniosas que podemos visualizar fácilmente. (Para los “techie”, pueden descargar el App del Instituto HeartMath Global Coherence, y con la camarita del cel pueden practicar las herramientas de respiración de HeartMath y ver cómo se ajusta el ritmo del corazón).
Y cuando experimentamos esta “coherencia” del corazón, logramos sincronizar el corazón y el cerebro. Esto activa nuestra creatividad, aumenta el acceso a nuestra intuición, y aporta más claridad para la toma de decisiones. Y con la práctica constante de entrar en armonía se incrementa el bienestar y la salud.
Piensa en una reunión regular del equipo de trabajo, cuando los participantes comparten sus avances semanales y los problemas que deben resolverse.
¿Cómo se siente esto para todos?
¿Las ideas emocionantes fluyen libremente en un espíritu de colaboración o comienza la búsqueda de culpables o la defensividad? ¿Algunos se vuelven herméticos y eligen quedarse callados en vez de aportar sus ideas? ¿Qué comportamientos notas alrededor de la mesa?
Ahora piensa en un momento en el que hayas estado en una reunión en la que los miembros del equipo hayan estado celebrando lo que salió bien. ¿Ya tienes ese momento claro? Si no lo encuentras fácilmente, ten en cuenta que es más común enfocarse en lo que no funciona.
En cualquier caso, imagina estar en este tipo de reunión, todos compartiendo sus logros y construyendo planes en torno a las fortalezas y avances más sobresalientes. ¿Cómo se ve y se siente la habitación? ¿Cuáles son los resultados de ese tipo de reunión?
La experiencia que describes puede ser casi una fantasía, pero se ha demostrado que los equipos son más efectivos cuando tienen mayor inteligencia emocional.
Para encapsular mi filosofía de liderazgo propongo el modelo de “ Liderazgo Guiado desde el Corazón”.
El modelo comienza con cada miembro individual del equipo. Nadie lidera en el vacío. Cada organización está formada por personas, y cada una contribuye a su armonía y funcionamiento. El Modelo de Liderazgo Guiado por el Corazón comienza por guiar a todos los miembros del equipo en herramientas específicas para autorregular su emociones y alcanzar un estado interior armonioso, incluso en momentos de dificultad.
Con este modelo entendemos que los seres humanos somos sistemas energéticos y que el estado emocional que experimentamos afecta a quienes nos rodean. Para bien y para no tan bien. Incluso si uno dice lo “correcto” y hasta sonríe, cuando actuamos de la manera “apropiada” pero por dentro estamos que nos lleva el diablo, el corazón emana la información de nuestras emociones a través de su campo electromagnético. ¿Recuerdas que un electro-cardiograma mide electricidad? ¿Y en las clases de ciencia aprendimos que lo que genera electricidad genera un campo electromagnético?
Bueno, es así que el corazón puede “expresar” y hasta “contagiar” la felicidad, el nerviosismo, la tranquilidad y cualquier emoción.
Es ciencia pura.
El libro titulado “La ciencia del corazón” explora los efectos de practicar técnicas para lograr que nuestro corazón entre en armonía y así lograr que los corazones de las personas se “sintonicen”. Piensa en una banda de jazz que parecen estar todos conectados. O una bandada de aves. Así también pasa en los equipos…
En esencia, el Modelo de Liderazgo Guiado por el Corazón busca empoderar a los líderes y grupos para que aprendan a transformar sus estados emocionales, para que a su vez puedan fluir de una manera inspirada, impulsar innovaciones, y aportar al florecimiento y bienestar global.
Ahora bien, ¿qué propone este modelo y qué aspecto tiene?
El modelo inicia con desarrollar la coherencia del corazón individualmente y en equipos, a través de la incorporación de herramientas diseñadas para entrar en armonía.
Se busca también crear diálogos en torno a visiones compartidas y acciones que energicen el corazón de los equipos. Esto se logra integrando los fundamentos del campo de la Indagación Apreciativa – “Appreciative Inquiry”–, desarrollado por el Dr. David Cooperrider en la Universidad Case Western Reserve, y que es el marco de trabajo en el cual se desarrolló el trabajo de las Naciones Unidas para el Pacto Global y los objetivos de desarrollo sostenibles.
David Cooperrider, mi profesor de maestría y mentor, creó este nuevo paradigma de liderazgo para descubrir lo que “da vida” a los sistemas humanos. Es una filosofía y un método de cambio que incorpora a todas las voces posibles de un sistema en un proceso de transformación, impulsado por las fortalezas, las historias de éxito, y la curiosidad por lo que se conoce como las cuatro “D’s”: “Discover”, descubrir el corazón positivo; “Dream”, soñar; “Design”, diseñar; y “Destiny”, crear el futuro.
O en otras palabras un tanto más poéticas, “Descubrir lo mejor de lo que fue, de lo que podría ser, de lo que debería ser y de lo que será.” En vez de buscar la raíz de los problemas, se busca el origen de lo que más energiza e inspira a las personas.
Imagen 2: Indagación Apreciativa
Es un proceso participativo, divertido, reflexivo, valiente e innovador para unir a las personas hacia una visión futura.
Y cuando a este método de cambio basado en fortalezas le sumamos elementos de crecimiento personal, se impulsa el “florecimiento” de los equipos y las organizaciones.
En el libro “Flourishing Enterprises”, Chris Lazlo y Jody Sorum Brown exploran que para que el mundo “florezca” debemos aprovechar “el poder de las emociones humanas y las motivaciones que nacen del aprecio y conexión entre las personas.”
Imagen 3: Florecimiento a Escala
Y añaden que para que la cultura de las organizaciones florezca, los individuos que forman parte de ellas son ese motor de cambio. Añaden que la conversación sobre la “sostenibilidad” en el mundo necesita un lenguaje que inspire en la dirección que da vida y energiza entusiasmo.
Dicen, “La palabra sostenibilidad no inspira – quizás nunca inspiró–pues está enmarcada en la supervivencia más que en el florecimiento, en hacer ‘menos daño’”, en vez de buscar caminos que nos llenen de esperanza. Las investigaciones de Chris Lazlo e Ignacio Pavez sobre la consciencia en las empresas concluyen que hay una “gran división” entre esta manera de ver el futuro, de hacer menos daño, y una en la que se busca contribuir al bienestar del planeta.
El Modelo de Liderazgo Guiado por el Corazón busca potenciar aquello dentro de cada ser humano que da vida, que nutre, que mueve hacia la armonía y el cambio positivo. Las emociones renovadoras son el centro, impulsadas por el enfoque en el corazón, sus valores y sus esperanzas, y alimentadas por procesos de cambio que buscan un futuro prometedor para todos.
Modelo de Liderazgo Guiado por el Corazón – Las 4 “C”s
1er pilar: Contagiar la armonía en los corazones
2ndo pilar: Cultivar las conversaciones inspiradoras
3er pilar: Crear cambio positivo – a través del modelo 4-D del Paradigma Apreciativo
4to pilar: Continuar transformando el corazón de las organizaciones para impulsar el florecimiento global
Esta revolución del corazón es emocionante y creará experiencias que tocarán muchos corazones. Les invito a unirse a la cruzada para impulsar el “corazón” del mundo.
Fuentes
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