Por: Ayneth Cuéllar Cenci, cofundadora del Museo.
¡Los países tienen alma! Alimentar el espíritu de la identidad contribuye al bien social, inspira, fortalece y hace a cada ciudadano protagonista del progreso. Rescatar la historia tras un arete guardado con la esperanza de encontrar su compañero o bien por el significado que tiene para nuestras vidas representa una oportunidad para mirarnos al espejo como actores vitales del desarrollo, desde el escenario que ocupemos. De esto se trata el Museo de los Aretes Perdidos, de reencontramos con nuestra historia común y personal, y desde la cultura fortalecer nuestra nación.
Esta iniciativa nació para enseñarnos el uso de los aretes en la historia de la humanidad, en la sociedad prehispánica y la época colonial de Panamá, hasta llegar a compartir las experiencias de las mujeres del siglo XX y XXI, captando las emociones que guarda cada arete perdido y conservado por sus dueñas, haciendo una radiografía de la forma de sentir y vivir de esta generación, donde el hilo conductor cultural es “un arete perdido”.
Cuatro salas componen esta primera etapa del museo, que incluye “El Hilo Rojo” donde se cuenta la historia del uso de los aretes; “El Dorado de Panamá” enseña aretes prehispánicos de oro y piedra encontrados en el sitio arqueológico El Caño que datan de los años 700 d.C. a 900 d.C.; “La Reina del Pacífico” muestra dos aretes del siglo XVII hallados en Panamá Viejo; y finalmente, la sala de los “Aretes Fundadores” recoge los primeros 50 aretes de la colección de mujeres de este siglo.
Fórmula mágica
Este proyecto es posible gracias a una fórmula intergeneracional que valida la excelencia de la Economía Plateada que une a una familia comprometida con aportar, a través de la Alianza Pro Desarrollo Humano, al conocimiento de la identidad y la cultura de los panameños, con una visión integral y profunda de la historia, la antropología, la sociología y la psicología; suma a tres estudiantes de la Facultad de Ingeniería de Sistemas Computacionales de la Universidad Tecnología de Panamá que desarrollaron la plataforma que alberga este museo; participa un dúo de jóvenes de arquitectura e ingeniería que se encargan de las redes sociales; además de profesionales jóvenes de otras disciplinas, entre ellas, comunicación y mercadeo.
El equipo camina de la mano de antropólogos, catedráticos e investigadores que asesoran el trabajo y mujeres de todas las edades que creen en su magia y colaboran en la creación de contenido.
Futuros proyectos
Este es un museo vivo porque cuenta la historia de mujeres actuales, de sus luchas, sueños y esperanzas. Dentro de los próximos pasos se proyecta la utilización de tecnología en realidad virtual con la finalidad de enseñar a la juventud – a través de los aretes- la historia de Panamá, haciéndola lúdica e interactiva para el reconocimiento vivencial de nuestra cultura.
También se planea trabajar con mujeres en un programa de autoconocimiento y empoderamiento que les permita reconocer su valor, su fuerza y el espíritu con el cual se ha forjado este país; el tercer proyecto, de esta primera fase incluye un estudio del “ADN panameño” con el objetivo de comprender las particulares características genéticas de un país pluricultural y su grandeza.
Aspiramos
A crear más salas, tener presencia de las mujeres de cada empresa que se sumen y que juntas escribamos la historia de las mujeres de hoy; para que un arete sea el hilo que nos una y nos identique para crecer juntas.
¿Dónde estamos?
Estamos en sus celulares, tablets y computadoras; estamos en www.museodelosaretesperdidos.com
¡Visítanos y súmate con tu historia. ¡Te esperamos!
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Añoranza, Lilian Miller de Levy, 2016.
Arete de la época colonial que adorno la oreja de una dama del siglo XVII.
FRIDA VIAJERA, Briseida Barrantes, 2020.
BREVE ENCUENTRO DE VANIDADES, Ileana Black, 2018.
Solo lo quiero a él, Fuentesanta Donoso, 2022.